
“Cultiva la disciplina como el jardín de tu potencial.”
La constancia en tus hábitos diarios es lo que permite que tus talentos florezcan. La disciplina es el sol y el agua que nutren el terreno fértil de tu capacidad latente.
Considera un atleta que sigue un riguroso entrenamiento. Esa rutina diaria, ese aliento metódico, es lo que lo impulsa a alcanzar su máximo rendimiento y superar sus límites.