“Despliega las alas de tu propósito y deja que el viento de la acción te impulse.”

Imagina que tienes unas alas increíbles, pero permanecen plegadas por el miedo o la duda. El propósito es aquello que te da la razón para desplegarlas.

Una vez que entiendes tu "por qué", el siguiente paso es la acción. Deja que ese movimiento, ese impulso constante, sea el viento que te eleve. Esta motivación diaria se trata de activarte, de usar la fuerza que ya posees para ascender y dirigirte hacia donde realmente quieres ir.