“El coraje no es una armadura impenetrable, sino la decisión de levantarse y seguir caminando tras cada caída.”

Esta frase redefine el coraje, presentándolo no como la ausencia de vulnerabilidad, sino como la resiliencia y la determinación para continuar a pesar de las adversidades.

Imagina a un guerrero que, en medio de una batalla, cae al suelo. No se queda allí lamentándose, sino que, con un esfuerzo supremo de voluntad, se levanta y reanuda el combate. Su armadura pudo fallar, pero su espíritu de lucha permanece intacto.

En tu vida diaria, las "caídas" pueden ser reveses, errores o momentos de desaliento. El verdadero impulso no está en evitar caer, sino en tener el aliento para levantarte. Cada vez que te recuperas y sigues avanzando, demuestras un coraje profundo que te acerca a tus metas.