
“Afronta el día como un guerrero que afina su espada.”
Cada día presenta sus batallas, sus desafíos que ponen a prueba nuestra fortaleza interior.
Piensa en cada tarea, por pequeña que sea, como un movimiento para afilar tu destreza. Este estímulo constante te prepara, te vuelve más ágil y capaz de sortear los obstáculos con maestría, como un samurái en su entrenamiento diario.