“No busques la fuerza en el exterior; desentiérrala de tu propio jardín interior.”

A menudo, delegamos nuestra motivación a factores externos: el reconocimiento, el éxito o la validación de otros. Sin embargo, la fuente más poderosa de impulso y energía reside en nuestro propio ser, en nuestras convicciones y en nuestra capacidad de autogenerar estímulo.

Imagina tu interior como un terreno fértil esperando ser cultivado. Las semillas de la determinación, la resiliencia y la pasión ya están ahí. La motivación diaria consiste en regarlas y cuidarlas, permitiendo que florezcan y nos proporcionen el aliento necesario para afrontar cada jornada.