“Siembra sonrisas en el camino, pues su eco te impulsará en los descensos.”

Esta frase nos habla del poder de la generosidad y la positividad en nuestra vida diaria. El aliento que damos a otros, las pequeñas muestras de amabilidad, retornan hacia nosotros, proporcionándonos un estímulo poderoso en los momentos de dificultad.

Imagina un sendero de montaña. Cada sonrisa que ofreces es una flor que brota. Cuando el camino se vuelve empinado, el recuerdo de esas flores, de la energía positiva que has sembrado, te da el empuje necesario para seguir ascendiendo. La motivación se nutre de las buenas acciones.