“La autocompasión es el bálsamo que cura las heridas del día, permitiendo que el impulso renazca.”

En la búsqueda incesante de metas, a menudo nos exigimos demasiado, olvidando la importancia de la bondad hacia nosotros mismos. La autocompasión no es debilidad, sino un bálsamo esencial. Al tratarnos con la misma comprensión y paciencia que ofreceríamos a un amigo, sanamos las heridas del día, liberando el peso del auto-juicio. Este acto íntimo de cuidado renueva nuestra energía y permite que el impulso vital renazca, listo para enfrentar un nuevo ciclo.