“El bienestar se encuentra en el arte de desaprender la prisa.”

Vivimos en un mundo que glorifica la velocidad y la eficiencia, a menudo a expensas de nuestra paz interior. El bienestar, esta sensación de calma y satisfacción, emerge cuando nos permitimos soltar la tiranía de la urgencia. Es el placer de una conversación sin mirar el reloj, la contemplación pausada de un atardecer, o el disfrute consciente de una taza de té. Desaprender la prisa es redescubrir la riqueza del instante.