“El placer de la existencia se descubre en la sencillez, en el arte de apreciar lo simple.”

Esta frase nos invita a encontrar la dicha en las cosas más básicas y cotidianas de la vida, aquellas que a menudo pasamos por alto en nuestra búsqueda de grandes emociones.

Observa la fascinación de un niño ante una burbuja de jabón que flota en el aire, su maravilla ante algo tan efímero y sencillo. En esa pureza de la apreciación reside un gozo inmenso.

Es aprender a saborear la calidez de una taza de té, la belleza de una hoja que cae o la melodía del viento entre los árboles. En estas pequeñas maravillas se esconde un placer profundo que nutre el alma.