“El éxtasis no se esconde en el futuro, sino en la chispa del presente que sabes encender.”

Aquí se enfatiza que la verdadera euforia no es algo que esperamos alcanzar algún día, sino una experiencia vívida que podemos generar en el aquí y ahora. El secreto radica en nuestra capacidad para conectar con la vitalidad del momento presente, para encontrar la magia en lo que está sucediendo justo ahora.

Imagina un niño que, absorto en la construcción de un castillo de arena, vive una aventura épica sin preocuparse por lo que vendrá después. Su dicha es completa en la acción misma, en la textura de la arena, en la forma que va tomando.

Es aprender a dar valor a las pequeñas explosiones de gozo que salpican nuestro día, a reconocer la magnificencia en lo efímero y a saborear plenamente cada instante como una oportunidad para sentir plenitud.