“Los ecos de la alegría verdadera se hallan en las resonancias de tu propia bondad.”

Esta frase apunta a que la felicidad auténtica se nutre de nuestras acciones altruistas y del impacto positivo que generamos en los demás. Cuando actuamos con compasión y generosidad, creamos una onda expansiva de bienestar que, inevitablemente, regresa a nosotros.

Piensa en la melodía que, al ser tocada, llena el espacio con su armonía, y esa misma armonía nos envuelve. De forma similar, nuestros actos de bondad son como notas musicales que componen una sinfonía de gozo en nuestra vida.

Sentir que hemos contribuido al bienestar de alguien más genera una satisfacción profunda y duradera, un placer intrínseco que va más allá de cualquier recompensa material. Es la resonancia de nuestra propia luz reflejada en la vida de otros.