
“La alegría es un puente invisible entre dos almas que se entienden.”
Cuando dos personas se miran y ríen sin explicación, ahí está el puente. No se ve, pero se siente. Es la conexión que no necesita palabras.
La alegría compartida es más que doble: es infinita. Se multiplica, se expande, se convierte en hogar.
“El gozo compartido es el idioma del alma.”