“La felicidad no es un rompecabezas por armar, sino un caleidoscopio que se reinventa con cada movimiento.”

Buscamos la dicha como si fuera una imagen estática que debemos componer pieza por pieza. Pero en realidad, se parece más a esos juegos de espejos y colores: patrones efímeros que se transforman con cada giro de la mano.

En vez de obsesionarte con "terminar el cuadro", aprecia los diseños temporales que la vida crea frente a tus ojos. La belleza está en el cambio mismo, en esa danza de fragmentos que nunca se repite exactamente igual.