“La felicidad auténtica deja huellas en el aire, no en las redes sociales.”

En la era de la exhibición constante, hemos confundido los aplausos virtuales con la satisfacción real. Pero los momentos más radiante suelen ser aquellos que no necesitan documentación ni validación externa.

Recuerdas ese atardecer que contemplaste en completo silencio? Esa comida que saboreaste con todos tus sentidos? Esas lágrimas que limpiaron tu alma sin testigos? Esa es la verdadera dicha: la que resuena en tu interior sin necesidad de likes o compartires.