“La luz del bienestar se filtra con mayor intensidad a través de las grietas de la vulnerabilidad.”

Esta imagen poética sugiere que no debemos temer mostrar nuestras imperfecciones o fragilidades. A menudo, construimos muros para protegernos, pero estas defensas también bloquean la entrada de la luz del bienestar. La vulnerabilidad, en este contexto, se convierte en una apertura, en una grieta por donde la felicidad puede encontrar su camino.

Imagina una ciudad antigua, cuyas murallas se han resquebrajado con el tiempo. A través de esas grietas, la luz del sol baña las calles y las plazas, creando un ambiente de serenidad y belleza. De manera similar, cuando permitimos que otros vean nuestras luchas, nuestros miedos y nuestras imperfecciones, creamos espacios para la conexión genuina y la empatía, permitiendo que el bienestar penetre y sane.