“Cultiva la serenidad interna; es el jardín donde florece el gozo espontáneo.”

El bienestar más duradero no se encuentra en las posesiones externas, sino en la paz que cultivamos dentro de nosotros mismos. Piensa en ello como un huerto interior: si lo nutres con pensamientos tranquilos y gratitud, verás brotar las flores más vibrantes de alegría, sin necesidad de buscar fertilizantes ajenos.

Este gozo espontáneo nace de la aceptación, de dejar de luchar contra la corriente y permitir que la vida fluya, encontrando la belleza incluso en las hojas caídas de cada estación.