“La chispa de la felicidad se enciende en la conexión sincera, no en la soledad del ego.”

Esta frase resalta la importancia de las relaciones humanas y la autenticidad para experimentar la felicidad. La **alegría** florece en la comunidad.

Imagina un fuego que se alimenta de ramas secas y de aire fresco. La conexión sincera con los demás es el aire que aviva la llama de la felicidad. Compartir nuestras vidas, nuestras vulnerabilidades y nuestras alegrías con otros crea un **bienestar** compartido, un **gozo** que se multiplica.

Es el **placer** que se siente al ser comprendido, al sentir que perteneces. La soledad autoimpuesta del ego, en cambio, solo apaga esa chispa, dejando un vacío. La verdadera **satisfacción** se encuentra en la interconexión.