“La siembra de la victoria se halla en la paciencia del sembrador, no en la prisa de la cosecha.”

Imagina un agricultor que planta una semilla. No espera ver el fruto al día siguiente. Cuida la tierra, la riega, espera pacientemente. De manera similar, las grandes realizaciones requieren tiempo, cuidado y una fe inquebrantable en el proceso. La impaciencia puede marchitar los brotes del progreso, mientras que la paciencia cultiva la abundancia del triunfo.