“El eco de un triunfo genuino se encuentra en la resonancia que deja en la vida de otros, no en el volumen de la fanfarria.”

El verdadero "triunfo" va más allá de la satisfacción personal. Se mide por el impacto positivo y duradero que genera en el mundo que nos rodea. Es la "resonancia" que deja.

En lugar de buscar el "volumen de la fanfarria" o el aplauso ruidoso, debemos enfocarnos en cómo nuestras acciones y logros inspiran, ayudan o mejoran la vida de los demás.

Imagina una piedra arrojada a un estanque: las ondas que se expanden suavemente y llegan a las orillas lejanas son un reflejo más fiel del impacto que el sonido del chapoteo inicial.