“El afecto verdadero no se busca, se encuentra, como un tesoro enterrado en el jardín de la vida.”

A veces, nos empeñamos en excavar en busca del amor, desenterrando ilusiones y marchitándonos. Pero el cariño genuino es un hallazgo fortuito, una sorpresa maravillosa que irrumpe cuando menos lo esperamos, pero cuando más preparados estamos para recibirlo.

Es como descubrir una gema preciosa en un rincón inesperado de nuestro propio terreno. El enamoramiento brota de esa serendipia, enriqueciendo nuestro existir con su brillo.

La pasión se enciende al reconocer su valor.