“La vulnerabilidad es la puerta abierta por donde entra el amor más puro.”

Soltar las armaduras de la defensa, atreverse a mostrar nuestras fragilidades y permitir que el otro nos vea tal como somos, es un acto de valentía que abre el camino al afecto más genuino. El enamoramiento encuentra su fuerza en la honestidad radical.

Cuando permitimos que el otro entre en nuestro espacio más íntimo, compartiendo nuestros miedos y nuestras esperanzas, creamos una conexión profunda basada en la aceptación. Este acto de entregarse sin reservas es lo que permite que el cariño florezca y que la devoción mutua se consolide.