“El afecto es la brisa suave que acaricia el alma, recordando siempre su conexión.”

Más allá de las grandes declaraciones, el afecto constante es el que mantiene vivo el sentimiento de unión.

Esta "brisa suave" representa los gestos cotidianos de ternura, las palabras de aliento y la presencia reconfortante. Son esos detalles que, sin ser abrumadores, recuerdan continuamente al alma que no está sola, sino íntimamente conectada a otra.