“El amor es un eco perpetuo, una resonancia entre dos mundos.”

El amor actúa como un eco, no en el sentido de repetición, sino de resonancia. Cada acción, cada emoción compartida, reverbera en el otro, creando una armonía única.

Es como lanzar una piedra a un estanque y ver cómo las ondas se expanden, tocando cada rincón. El afecto que compartimos crea ondas de energía que unen nuestras existencias.

Esta conexión profunda, esta pasión que resuena, es lo que hace que la vida sea una sinfonía compartida.