“El amor es el aliento que da forma al vacío existencial.”

Esta frase sugiere que el amor no es solo una emoción, sino una fuerza primordial que llena nuestros vacíos interiores, dándoles propósito y estructura.

Imagina el universo al principio, un lienzo negro e inerte. El amor, como una energía cósmica, comienza a pintar colores, a trazar constelaciones, a dar movimiento a la materia inerte. Así también, en nuestras vidas, el afecto genuino es lo que transforma la soledad o la apatía en un tapiz vibrante de experiencias y conexiones.

Es la chispa que enciende la llama de la pasión, el cariño que reconforta en la penumbra, y ese apego profundo que nos hace sentir vivos y completos.