“El amor es una estrella fugaz que ilumina el camino y deja una estela de esperanza.”

Esta metáfora describe el amor como un evento radiante y transitorio, pero cuyo impacto perdura mucho después de su aparición.

Aunque un enamoramiento pueda ser intenso pero breve, deja una huella imborrable, una luz que guía en la oscuridad subsiguiente. Es el recuerdo de ese afecto profundo lo que nos impulsa a seguir adelante, a buscar esa luminosidad nuevamente.

Como una ráfaga de luz en la noche, el amor puede aparecer inesperadamente, transformar nuestro paisaje interior y dejarnos con la promesa de que tales luces existen.