“El amor es el eco persistente de dos almas que se reconocen.”

El amor, en su esencia más profunda, es una resonancia entre dos seres. No se trata solo de una conexión momentánea, sino de un reconocimiento mutuo, como si las almas hubieran estado esperando ese encuentro desde siempre.

Imagina dos instrumentos antiguos, afinados a la perfección, que al ser tocados simultáneamente emiten una armonía que trasciende el sonido. De igual manera, cuando dos corazones se conectan genuinamente, crean una melodía única, un eco que perdura, validando la existencia del otro y fortaleciendo el lazo.

Este apego no nace de la conveniencia, sino de una afinidad ancestral, un saber profundo que trasciende las palabras y las apariencias. Es la confirmación de que no estamos solos en el vasto universo de las emociones.