“El amor verdadero es un jardín secreto que solo florece bajo el sol de la confianza.”

Sin la base sólida de la confianza, cualquier intento de cultivar un vínculo profundo está condenado a marchitarse. Es la semilla que necesita el agua clara de la honestidad para germinar.

Cuando confías plenamente, permites que tu jardín interior se abra, mostrando sus colores más vivos y sus aromas más embriagadores. El otro se siente seguro para compartir su propia tierra fértil, creando un paraíso compartido.