“La pasión es el torrente que arrastra las dudas, dejando solo la roca firme del compromiso.”

El arrebato inicial de la pasión puede ser embriagador, pero su verdadero valor reside en su capacidad para solidificar una conexión, eliminando vacilaciones.

Imagina un río caudaloso que remueve toda la arena suelta, dejando al descubierto la base sólida de la tierra. La fuerza de la pasión bien dirigida ayuda a superar inseguridades, permitiendo que el compromiso se asiente sobre bases inamovibles.