“El amor es la alquimia que transmuta la soledad en un festín compartido.”

El afecto genuino no es simplemente la ausencia de la ausencia, sino la presencia que ilumina, la que transforma el vacío en un espacio vibrante de conexión.

Imagina un desierto vasto e indiferente; al encontrar un oasis, no solo aplacas tu sed, sino que hallas un lugar donde florece la vida y la compañía. El amor actúa de igual manera en el alma, convirtiendo la quietud solitaria en un banquete de experiencias y entendimiento mutuo, donde cada momento es un plato exquisito creado por dos.