“El amor es el eco silencioso que da forma a nuestra existencia.”

A veces, el afecto más profundo no se manifiesta en palabras estruendosas, sino en la resonancia sutil que deja en nuestras vidas. Como una melodía que perdura mucho después de que la música ha cesado, el amor moldea nuestras decisiones, nuestras perspectivas y, en última instancia, la persona en la que nos convertimos. Es la fuerza invisible que nos guía, incluso en la quietud.

Piensa en cómo el apego temprano con tus cuidadores sentó las bases de tu seguridad. Esa devoción primordial, aunque no recordada conscientemente, ha tejido los hilos de tu confianza en el mundo. Es un eco silencioso que aún resuena en tu forma de relacionarte.