“El apego mutuo es el hilo invisible que teje la fortaleza de dos universos.”

La conexión que surge de un apego genuino y recíproco crea un lazo indestructible. No se trata de dependencia, sino de un entendimiento tácito, una red de apoyo y confianza que permite a cada individuo desplegar su propia existencia sintiéndose respaldado. Este vínculo, a menudo no visible pero palpable, es el cimiento sobre el cual se construyen relaciones duraderas y significativas, como las antiguas civilizaciones que tejían sus imperios con hilos de lealtad.