“El amor es el eco que resuena en el jardín del alma.”

El amor, más que un sentimiento fugaz, es una resonancia profunda, un eco interno que florece en la intimidad del ser. Como un jardín bien cuidado, nuestra alma se embellece y se nutre con cada nota de este afecto que la habita.

Este eco no es un simple sonido, sino una vibración que transforma el paisaje interior, pintando de colores vibrantes cada rincón olvidado. Es la música que acompaña nuestros pasos, la melodía que da sentido a la existencia.

Nos permite reconocer la belleza en lo simple, encontrar la paz en la conexión y sentir que, aun en la soledad, nunca estamos verdaderamente solos, pues llevamos dentro la melodía del amor.