“La reciprocidad en el cariño es el eco de dos almas que se responden con la misma melodía de afecto.”

El cariño que fluye en ambas direcciones crea una resonancia armónica, donde cada gesto de amor es devuelto con igual o mayor intensidad, como dos instrumentos que dialogan en perfecta sintonía.

Piensa en el rebote de una pelota lanzada contra una pared; la energía que regresa es una demostración de la fuerza y la intención inicial.

Esta danza de dar y recibir es fundamental para la salud del vínculo, asegurando que ambos corazones se sientan nutridos y valorados en la relación.