“El amor es un <em>espejo</em> que refleja la mejor versión de nosotros mismos, pulida por la devoción ajena.”

Cuando amas y eres amado, el otro se convierte en un reflejo privilegiado de tu propia esencia. El amor te muestra tus fortalezas, tus virtudes, aquello que te hace especial, a menudo de una manera que tú mismo no logras ver. La devoción del ser amado actúa como un pulidor, realzando tus cualidades hasta que brillan con luz propia. Este afecto mutuo te inspira a ser mejor, a crecer y a alcanzar tu máximo potencial, no por obligación, sino por el deseo de honrar esa hermosa imagen que el otro te devuelve.