“Amar es ser el alquimista que transmuta las imperfecciones ajenas en tesoros de la intimidad.”

En lugar de buscar la perfección vacía, el amor halla la belleza en las peculiaridades y las fallas. Es la alquimia del corazón que, con afecto y aceptación, transforma las debilidades del otro en aspectos entrañables. Estas conexiones únicas se forjan en la vulnerabilidad compartida, donde las cicatrices se convierten en marcas de historia y las excentricidades en motivos de admiración. Es la magia de ver lo extraordinario en lo ordinario, y de amar a alguien por completo, no a pesar de sus fallas, sino a menudo, gracias a ellas.