“El apego sano es la raíz que nutre el árbol del amor.”

Más allá de las mariposas en el estómago, el verdadero amor se construye sobre cimientos de apego seguro y confianza mutua. Este vínculo emocional profundo, como las raíces de un árbol robusto, proporciona la nutrición necesaria para que la relación crezca fuerte y resistente.

Un apego sano se caracteriza por la seguridad, el apoyo y la interdependencia, permitiendo que ambos individuos florezcan sin temor a ser abandonados o asfixiados. Es el ancla que sostiene en la calma y el refugio en la tormenta, asegurando que el amor perdure y se fortalezca con el tiempo.