“La pasión es el relámpago, el amor la lluvia que nutre la tierra del alma.”

Mientras que la pasión puede ser un estallido repentino y deslumbrante, el amor es la fuerza constante y renovadora que permite el crecimiento y la sostenibilidad.

El afecto y el cariño son como la lluvia suave pero persistente que hidrata, nutre y permite que las semillas del compromiso y la devoción germinen y prosperen en el terreno fértil de la relación.