“El afecto es el suave murmullo que calma la tormenta interior.”

Esta frase presenta el "afecto" como un bálsamo reconfortante para el espíritu. Es una presencia tranquilizadora que disipa las ansiedades y los miedos.

Piensa en el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla o el susurro del viento entre las hojas de los árboles. El afecto tiene una cualidad similarmente calmante. En momentos de agitación interna, una palabra de aliento, una caricia o simplemente la presencia de alguien que te quiere puede ser el ancla que te devuelva a la serenidad.

Es el eco suave de la comprensión y la ternura que acuna el alma, devolviendo la paz cuando el caos exterior o interior amenaza con desbordarnos.