
“El apego es el ancla que sujeta el barco en puerto seguro.”
El "apego" se visualiza como un elemento de estabilidad y protección, que brinda seguridad en medio de la inmensidad del mundo. Es lo que nos permite reposar sin temor a la deriva.
Piensa en un velero que navega por aguas desconocidas. Cuando la tormenta arrecia o simplemente se desea descansar, el ancla se arroja al fondo, asegurando que el barco permanezca firme. De manera similar, un apego profundo y confiable en una relación actúa como esa seguridad, permitiendo que ambos individuos se sientan protegidos y firmes, sabiendo que hay un lugar al que pertenecer.
Es la garantía de un refugio en la conexión humana, un punto de estabilidad emocional que permite navegar la vida con mayor confianza y sosiego.