“El amor es la brújula interna que, incluso en la niebla, nos señala el camino hacia el refugio del otro.”

En los momentos de confusión y duda, el amor actúa como un guía inherente, orientándonos hacia la conexión y el apoyo mutuo.

Imagina una espesa niebla que lo envuelve todo, impidiendo ver más allá de unos pocos pasos. En medio de esa desorientación, tu instinto te llama hacia un lugar seguro, hacia la presencia reconfortante de alguien. El afecto protector funciona como esa brújula interna. Te guía a través de la incertidumbre, recordándote dónde encontrar calidez, comprensión y un sentido de pertenencia, fortaleciendo el cariño que los une.

Es el enamoramiento el que activa esa guía infalible.