“Las palabras pueden construir puentes, pero el amor es el río que los une bajo un mismo cielo.”

Si bien la comunicación es fundamental, el amor verdadero proporciona la sustancia, la conexión emocional que hace que las palabras tengan significado.

Imagina la construcción de un puente sobre un río caudaloso. Las palabras son los materiales, la planificación, el esfuerzo de construcción. Pero el amor es el río mismo, la fuerza que fluye, que conecta ambas orillas de manera ineludible. Este afecto transformador da propósito y continuidad a la comunicación, haciendo que los puentes construidos sean sólidos y duraderos, uniendo dos orillas de forma permanente.

Es el cariño el que nutre el caudal de la relación.