“El guerrero que persigue la victoria no teme la cicatriz, sino la inacción que deja la cobardía.”

La búsqueda de un objetivo valioso a menudo implica enfrentarse a desafíos que dejan marcas, tanto físicas como emocionales. Sin embargo, la verdadera cobardía no reside en las heridas sufridas, sino en la parálisis que surge del miedo a intentarlo.

Considera a los grandes exploradores o innovadores. Sus caminos estuvieron plagados de obstáculos y fracasos, pero su firmeza les impidió detenerse. Las cicatrices se convirtieron en medallas de su valentía, un recordatorio de que la inacción es la única derrota definitiva.