“La constancia no es la ausencia de tropiezos, sino la voluntad de levantarse una vez más.”

La perseverancia se manifiesta en la resiliencia, en esa fuerza interior que nos impulsa a seguir adelante a pesar de las adversidades. No se trata de no caer, sino de encontrar la entereza para ponernos en pie cada vez que la vida nos derribe.

Imagina una semilla diminuta que, enterrada en la oscuridad de la tierra, persiste en su búsqueda de la luz. Enfrenta la resistencia del suelo, la falta de aire y el frío. Su tenacidad no se quiebra; su único objetivo es germinar.

Esta firmeza ante lo desconocido es lo que distingue a los grandes soñadores de quienes solo contemplan. Es la chispa que enciende la llama del logro, incluso cuando las circunstancias sugieren lo contrario.