“Forja tu voluntad en la fragua de la adversidad, como el acero se endurece al fuego.”

La adversidad es el fuego que, lejos de destruir, moldea y fortalece. Tu tenacidad es el herrero que, con golpes precisos y un calor implacable, da forma a tu carácter. Cada desafío es una oportunidad para templar tu espíritu.

No temas el calor de la lucha; es en la fragua de las dificultades donde tu determinación adquiere la resistencia necesaria para soportar cualquier impacto. La constancia en el esfuerzo, incluso cuando el metal parece retorcerse, es lo que te permitirá brillar con una fuerza inquebrantable.