“La firmeza de espíritu es el compás que guía al navegante a través de las estrellas invisibles.”

En un mar sin faros, la firmeza interior es la que nos permite orientarnos por las estrellas que solo el corazón puede ver.

Es la determinación inquebrantable, la convicción profunda en nuestro rumbo, lo que nos da la fuerza para seguir adelante cuando la visibilidad exterior es nula.

Esta resistencia silenciosa es la que asegura que, a pesar de la oscuridad, siempre avanzamos hacia nuestro destino.