“El legado de la firmeza se escribe en las obras que perduran, no en las palabras que se lleva el viento.”

Las acciones sostenidas y la firmeza en la ejecución son las verdaderas arquitectas de los logros duraderos.

Imagina a los constructores de las pirámides de Egipto. No solo planificaron, sino que ejecutaron con una constancia asombrosa durante décadas. El viento se llevó las palabras de sus líderes, pero las imponentes estructuras permanecen, testimonio de su perseverancia y tenacidad.

Esta resistencia a la fugacidad, esta dedicación continua a la obra, es lo que forja un legado. La determinación se demuestra en la persistencia de la acción, dejando huellas tangibles que trascienden el tiempo.