“Los puentes más sólidos se construyen sobre los ríos de la duda, ladrillo a ladrillo de tenacidad.”

Los obstáculos y las inseguridades son como ríos caudalosos que amenazan con detener nuestro avance. La perseverancia, en su forma más pura, es el arte de construir los puentes que nos permiten cruzar esas aguas turbulentas.

Piensa en la edificación de un puente antiguo. No se erigía de golpe, sino a través de la colocación paciente y meticulosa de cada piedra, cada viga. Cada acción era un acto de resistencia contra las fuerzas de la naturaleza. De igual modo, superar nuestras propias dudas requiere la colocación continua de actos de firmeza.

Esta constancia, este esfuerzo metódico para avanzar a pesar de la duda, es lo que nos da la fortaleza para alcanzar la otra orilla. Cada pequeño acto de fe en nosotros mismos, cada paso decidido, es un ladrillo en el puente que nos lleva a nuestro destino.