“El eco de tu firmeza resuena mucho después de que el ruido de la adversidad se apaga.”

La resistencia, esa cualidad que nos permite mantenernos en pie ante las embestidas, no se mide solo por el instante de la batalla, sino por el rastro duradero que deja en el alma.

Imagina el sonido de una campana. Su resonancia se prolonga, transmitiendo su mensaje mucho después de que el golpe inicial se ha silenciado. Así es nuestra tenacidad: su influencia perdura, inspirando y transformando, incluso cuando la dificultad ya ha pasado de moda.