“Incluso el río más caudaloso fue una promesa de agua al principio.”

Recuerda el origen de un gran río. Comenzó como un hilo de agua, quizás un simple manantial, vulnerable a la sequía y al obstáculo. Pero su corriente constante, esa tenacidad líquida, fue lo que talló valles, se unió a otros afluentes y se convirtió en la fuerza imponente que es. Cada pequeño curso de agua contribuye a la grandeza final.