“La constancia es el eco de un sueño que se niega a ser silenciado por el ruido del fracaso.”

Piensa en un músico que practica incansablemente, incluso cuando sus dedos duelen y las melodías suenan desafinadas al principio. La constancia es ese compromiso interno, esa lealtad al arte, que permite que las notas erróneas se conviertan en sinfonías perfectas con el tiempo.

Esta persistencia es la voz interior que, a pesar de las críticas externas o las autocríticas, mantiene viva la llama de una aspiración. Es el susurro que, al amanecer tras una noche tormentosa, recuerda la promesa del sol. Es la resistencia del espíritu que no permite que los contratiempos apaguen la melodía de sus metas.